Comienza el otoño. Y tú sigues aquí. Dentro. Líquido y suave.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Pure
viernes, 10 de septiembre de 2010
Contigo
Sigo haciendo kilómetros ¿Cuántos? No lo sé. Ya he perdido la cuenta. Para qué llevar cuentas. No quiero cuentas. Te quiero a ti.
He nadado por carreteras. A braza, no sé nadar de otra forma. Abriendo y sintiendo cada piedra del camino. ¿Cómo son tus kilómetros? ¿y tus milímetros?
Paseé sobre Fede, con mis muslos desnudos sobre su lomo, al paso, en una danza lenta y suave, mientras se ponía el sol. Y tú ibas detrás. Cuidándonos.
Unos mensajes que no tenían que llegar no llegaron.
Bernard cocinó berenjenas a la plancha con una salsa blanca hecha de cilantro, zumo de limón, sal, pimienta y yogur. La berenjena se deshacía en la boca. Y bebíamos vino blanco.
Florence puso la canción de la jaula en el pecho mientras leía la letra en su cuaderno del camino. En aquella habitación, llena de luz y de plumas, en la que ella escribía.
Un librero nos enseñó sus tesoros más íntimos. Tocamos aquellos pergaminos y deslizamos las yemas de nuestros dedos por rutas que ya no existen, por palabras que todavía viven. Y sentimos formar parte de otro tiempo.
Concha me acogió a la vuelta. Y vi a mi abuela en ella. Y detrás, a una virgen enorme que nos miraba, llena de colores. Sonreía, nos abrazaba. Y brindábamos por la vida, con cava y gin tonics.
Sigo haciendo kilómetros. ¿Cuántos? No importa. Te sigo. Estoy. Contigo. Y ahora vienes. Tú. Conmigo.