sábado, 6 de agosto de 2011

in the beach


Esta mañana, caminando, he conocido a un chico senegalés. Caminábamos a la vez. El delante. Yo detrás. No había nadie en la playa. Y el mar estaba verde, verde esmeralda. Llevábamos el ritmo del mar. Una ola. Un paso. Otro paso. Otra ola. Su huella. Mi huella, detrás. Y me he fijado en su talón. En el derecho. Llevaba una grieta, abierta, como la mía. Se ha parado. Y yo me he parado, con él. ¿Cómo puedes caminar con esa grieta en el talón? le he preguntado. El se ha sentado y ha dejado un cartón con una tela roja llena de relojes apoyado sobre la arena. Mira, me ha dicho, enseñándome su grieta. Y me he sentado a su lado. He dejado mis piedras sobre la arena, junto a su tela roja, y le he enseñado mi talón. Mira, le he dicho, tenemos la misma grieta. En el mismo sitio. Me ha sonreído. Hemos sonreído, juntos. ¿Sabes? le he dicho. Hace tiempo alguien me dijo que estas grietas significaban tendencias suicidas. Yo amo la vida. Me ha contestado. Yo también. Y le he regalado una piedra, la más pequeña, para que no le pesara. Con un agujero. Toma, así la podrás llevar colgada al lado de tu corazón. Ha cogido un hilo de la tela roja, lo ha pasado por el agujero y se la ha anudado alrededor del cuello. El me ha regalado un reloj. Toma. Me ha abierto el pecho con una piedra puntiaguda y me ha puesto el reloj pegado al corazón. Con este reloj notarás cada segundo de tu vida, te ayudará a estar atenta. Si algún día se para, llámame. Y vendré. Pero, ¿cómo te puedo llamar? Pon tu mano en el pecho y llámame. El reloj me avisará. La trama de este tejido rojo es infinita. Nuestro pensamiento también. Se ha levantado. Buena suerte, me ha dicho mientras acariciaba la piedra con su mano. Buena suerte también para ti. Y me he quedado un rato mirando el mar. Y cuando me he levantado y me he puesto de nuevo a caminar he seguido sus huellas, pero él ya no estaba. Solo había piedras, arena y mar. Me he llevado la mano al pecho y lo he sentido. Tic tac, tic tac. Y entonces he sabido que no había sido un sueño. Y que estaba viva. Y que el mar estaba azul. O verde. Verde esmeralda.