miércoles, 22 de febrero de 2012

c-alma


Cuando el corazón se abre, hay full power. Cuando nos dicen algo bonito, nuestro corazón se abre y nos da fuerza. Nos hace sentir bien. Dice S.
Otro ritmo. Ayer cambió. Estoy bien aquí y allí.
K escribe desde México, dice que está feliz, que le ha cambiado hasta la cara. Y S. me habla también de caras, de la cara de bulldog, cara enfadada, o de la cara relajada y sonriente. Y vemos personas bulldog y personas sonrientes.
Quiero ser sonriente. Sí, sale del corazón, de la paz y del silencio.
Desde que decidí hay más silencio, todo va con más calma.
¿Para que perder el tiempo con tantos pensamientos si mañana a lo mejor no me levanto? Dice S. Mejor disfrutar ahora, este momento, y vivir más tranquila.
Y comemos tapas vietnamitas en el coche.
Escuchar nuestros sentimientos, nuestras emociones. Dice S. Ahora sé cuál es mi meta. El arte. Cuando estoy trabajando con niños o haciendo cuadros estoy feliz. Cuando estoy vendiendo en ferias estoy tensa. Ahora por fin lo he descubierto, con 40 años.
Y yo le digo que tengo 40 y todavía no lo sé.
Art therapy. Sí. Hablamos de Art Therapy...
Y recuerdo las acuarelas de Chumpol Taksapornchai. Tan bellas.

domingo, 19 de febrero de 2012

sleeping abroad

Telas agujereadas. Guest houses acogedoras. Pero me siento lejos. Quiero estar con J. Le echo de menos. Echo de menos su cuerpo. Su alma. Echo de menos a las niñas. También. Pero, ¿qué está pasando? ¿Qué ha cambiado? Y esta noche caminaba por el Sunday market, por calles llenas de personas, de ideas, de diseños, de vidas, y me preguntaba de nuevo de qué vivir, y cómo vivir. Algo pequeño, pero que puedas vivir. Y volvía a poner palabras. Listas. Pero ya no tengo la necesidad de venir aquí. De estar sola. No, ya no me hace falta. Ahora quiero estar en casa. Quiero dormir con el cuerpo de J pegado al mío, abrazándome por detrás, con su mano pegada a mi pecho. A mi corazón. Ay. Las telas agujereadas a veces son redes. Otras, solo velos.