miércoles, 18 de noviembre de 2009

Pantallas


Bienvenida a PC city. Bienvenida a PC city. Sonrío. Les doy las gracias, y pienso en cuándo van a dejar de darme la bienvenida y me van a ayudar... Es por la mañana, un día entre semana, apenas hay clientes. Y hay varias camisas moradas con el logo de PC city deambulando por allí. Todos caminan nerviosos, sin rumbo, moviéndose de un lado a otro de la tienda, como coches con mandos a distancia averiados que no paran de ir hacia delante y hacia atrás sin ningún sentido. Al final, uno de los que me ha dado la bienvenida me confirma que en breve una persona me ayudará. Gracias. Aparece un chico, con la camisa morada, con la frase célebre: bienvenida a Pc city. Estoy por echarme a llorar. Lo dice como un disco, sin alma. Su piel está muy blanca, tiene ojeras, sudor frío. Quería mirar un netbook y una impresora. Nos acercamos a los netbooks. Y como si tuviera todos los datos grabados en un disco duro comienza a recitar todas las características que por otra parte puedo leer en el mostrador. Va hablando, sin parar, sin ritmo, mirándome pero sin mirar. Le corto. Sí, muy amable. Y me lo dice dos veces más. Sí, muy amable. Sí, muy amable. Bienvenida a pc city. ¿Se habrá rayado? Estoy por pararle otra vez. Por darle un pisotón a ver cómo reacciona. Está como hipnotizado. Alucino. Al final cojo el broche de la mariposa que llevo en la chaqueta y le clavo la aguja en un brazo. ¿Pero qué hace? ¿Está loca? No le sale sangre. Lo sabía. Lo sabía. De repente todas las pantallas se vuelven más grandes y los ordenadores se abren, salen piernas y brazos y empiezan a caminar. Me acuerdo de la película de G-Force que fui a ver con mis hijas donde todos los electrodomésticos cobraban vida. Aquí pasa lo mismo. Viene la policía. ¿Qué ha hecho? ¿Dónde está el arma? Cogen mi broche de la mariposa. Ah, una mariposa. Claro, otra igual. Nos han descubierto. Le doy al botón de emergencia de la blackberry. La mariposa se convierte en oruga. Yo me convierto en mariposa. Los ordenadores regresan a las estanterías. Las pantallas vuelven a televisar el documental de National Geographic. Es sobre mariposas. Me escondo allí, con otras mariposas, en el documental. Nadie nos ve. 

1 comentario:

PHAROS dijo...

GENIAL ME HE REIDO DE LO LINDO JAJAJAJ
BESOS