miércoles, 6 de abril de 2011

con r



De rojo. Amapolas. Ya han salido las primeras amapolas. Se desprenden de esa capa, de ese capullo lleno de pelos, de pelos que pinchan, como espinas. Y surgen. Como son. Sencillas. Frágiles. Sin protección. Desnudas. Y me sigue saliendo sangre. Roja. Demasiado roja. Y me quiero quedar como las amapolas. Desnuda al viento. Para ti. Para que vengas. Y me chupes toda esta sangre, todos estos pinchos. Para sangrarte y sangrar contigo. Rojo, red, rouge, rosso. Siempre con r. Con r de ruido. Con r de Rita, que me espera. Ahora voy, enseguida estoy contigo. Espera. Se ha quedado en verde. Y no avanza. Pero vendré pronto. Ten un poco más de paciencia, Rita. Sólo un poco más. Primero tengo que solucionar la gran pregunta: ¿de qué vives? Y ella, mientras, sonríe, entre las líneas, y me dice, de sol, de sonrisas, de amor, de flores amarillas, blancas y moradas, y rojas, que salen salvajes en todos los caminos. Sí, sí, pero ahora hace falta algo más. Y Rita sigue sonriendo. Ok, tranquila, sigue, que te espero. Y yo sigo.

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